Subí en la estación Pino Suárez, de milagro había poca gente, me senté, estaba a punto de aletargarme cuando la vi, tenía una sonrisa que se enmarcaba en unos labios exageradamente rojos.
Era una mujer de una hermosura muy peculiar, me sorprendí a mi mismo mirándola con detenimiento, recorriendo desde su cabello lacio y negro hasta sus toscas botas de charol negro con plataforma, me detuve en sus ojos delineados de negro, en su sonrisa que no me permitía distraerme, en sus enorme dije en forma de corazón con espinas, su playera de un grupo de rock metal que en lo personal nunca me ha gustado, vamos, ni siquiera me gusta el metal.
Tenía las uñas pintadas de morado, su piel era muy blanca, pero su cara parecía teñida con cal, yo sólo podía mirar sus ojos a través del cristal de sus lentes, pero su sonrisa era a mi juicio su mejor atractivo, tenía una sonrisa de niña instalada en un cuerpo de darqueta.
Antes de ese día, cada vez que veía a alguien completamente ataviado de negro pensaba que se trataba de un mamotreto disfrazado de vampiro chafa. Claro, lo mismo debe pensar la gente de mí en la calle: “otro güey trajeado que viene de la oficina”, pero ella era tan guapa con su imagen oscura y su sonrisa tan llena de luz.
Se percató de que la contemplaba, nunca me he considerado muy discreto que digamos, seguramente me he de haber puesto todo rojo pues me dio mucho calor, hasta me tuve que quitar la corbata, se levantó de su asiento y avanzó hacía un tubo muy cercano a donde estaba yo sentado, me miró tratando de intimidarme con su cara de gis y su boca de pitahaya, yo sonreí, ella me contestó con el mismo gesto.
-¿cómo te llamas?
-Claudia
Claudia. Me quedé pensando en que no era un nombre muy bonito, no importaba. Estaba muy distraído, no me di cuenta de que ya había llegado a Tacuba, salió del vagón, yo salí detrás de ella, seguramente pensó que la estaba siguiendo, habría sido así de no ser por Ángela, mi novia que me esperaba, me abrazó en cuanto bajé, Claudia volteó y lo vio todo, sus ojos se enfurecieron y en su rostro no había rastro de mi sonrisa favorita.
Ángela es linda con su carita redonda y sus ojitos brillantes, no obstante no tiene una sonrisa como la de Claudia, me pregunto si la volveré a ver.